Dominar el entrenamiento cardiovascular: Aumenta el Metabolismo, Mejora la Inmunidad y Quema Grasa
Explore el mundo del entrenamiento cardiovascular, un potente régimen de fitness conocido tanto por los entusiastas del deporte como por los atletas cotidianos por su impacto en nuestro cuerpo y nuestra salud. El entrenamiento cardiovascular, caracterizado por una actividad muscular continua durante un mínimo de cinco minutos, es una rutina dinámica conocida por su eficacia.
La clave para quemar grasa de forma eficaz reside en el entrenamiento cardiovascular regular. Este entrenamiento intenso alimenta el metabolismo con tal potencia que los resultados pueden observarse muy pronto.
El cardio no sólo sirve para perder peso; mejora la inmunidad, equilibra los niveles de azúcar en sangre y anima al corazón a suministrar sangre de forma más activa a los músculos.
Los tipos más populares de entrenamiento cardiovascular son
- Correr
- Natación
- Ciclismo
- Caminar
- Entrenamiento combinado de cardio y fuerza
Para maximizar los resultados, recomendamos integrar el entrenamiento cardiovascular con el de fuerza. Los participantes habituales en las clases de fitness en grupo probablemente estén familiarizados con este enfoque integral. Las directrices de la Organización Mundial de la Salud sugieren una combinación de entrenamiento cardiovascular y de fuerza al menos 3 ó 4 veces por semana para obtener resultados eficaces y sostenibles.
Entonces, ¿cómo facilita el cardio la quema de grasas? La respuesta radica en la comprensión del glucógeno, una fuente de combustible rápido que se encuentra en los músculos, listo para su uso inmediato. Esprintar 100 metros, por ejemplo, consume glucógeno, no grasa. El glucógeno es responsable de nuestra sensación de energía y fuerza, y de la robustez muscular. Cuando las reservas de glucógeno se agotan, aparece una sensación de debilidad, fatiga y falta de motivación para moverse.
Para poner en marcha directamente la quema de grasas, es lógico agotar las reservas de glucógeno y liberar la fuente de energía de reserva: la grasa. Este punto de transición, cuando se agotan las reservas de glucógeno, puede percibirse claramente durante el entrenamiento cardiovascular cuando el cuerpo se vuelve "pesado".
Hay tres maneras de agotar las reservas de glucógeno para permitir que el cuerpo utilice la grasa como fuente de energía:
- Realizar ejercicios cardiovasculares prolongados.
- Realizar cardio inmediatamente después del entrenamiento de fuerza.
- Hacer cardio por la mañana con el estómago vacío.
A menudo, después de una agotadora sesión de gimnasio o de una eficaz clase en grupo, la idea de realizar ejercicios de cardio adicionales puede resultar desalentadora. Sin embargo, un poco de perseverancia es esencial, ya que soportar este "sufrimiento" puede acelerar el camino hacia tus objetivos de forma física, garantizando resultados a largo plazo.