Recomendaciones para el uso adecuado de suplementos dietéticos para reforzar la inmunidad
Fortalecer la inmunidad es un proceso a largo plazo, reflexivo y complejo. Una dieta diaria equilibrada y bien planificada, una cantidad óptima de actividad física, un descanso de calidad, evitar hábitos nocivos y eliminarlos de la rutina diaria: todos estos elementos ayudan a reforzar la inmunidad. Para evitar resfriarse y contraer otras enfermedades, es especialmente importante consumir diariamente la cantidad necesaria de diversos nutrientes, utilizando una gama de productos alimenticios lo más variada posible. Las personas pueden proveerse de todos los nutrientes necesarios siguiendo una dieta sana, natural y saludable. En la estación fría, cuando las verduras y frutas frescas están menos disponibles y es más difícil incluirlas en nuestra dieta diaria, existe una alta probabilidad de que se produzca una deficiencia de estos nutrientes debido a una dieta insuficientemente variada o a otras razones. Esto puede solucionarse complementando la dieta con vitaminas y minerales que refuercen la inmunidad, tomados con antelación para que el cuerpo pueda crear por sí mismo las reservas de nutrientes necesarias.
¿Cómo saber cuándo es el mejor momento para reforzar la inmunidad?
La inmunidad puede debilitarse no sólo debido a una ingesta insuficiente de nutrientes y vitaminas, sino también a causa de dietas desequilibradas, pérdida rápida de peso, consumo excesivo de alcohol, tabaquismo o incluso contaminación atmosférica. El estrés prolongado, el trabajo físico o mental intenso, la fatiga y la falta de sueño de calidad también pueden debilitar la inmunidad, al igual que todos los factores mencionados anteriormente.
Es esencial utilizar en la dieta diversos suplementos dietéticos que refuercen la inmunidad, seleccionados en función de las necesidades del organismo. Si experimenta fatiga a largo plazo, debilidad, mayor sensibilidad al entorno o enfermedades y resfriados más frecuentes, puede indicar que su inmunidad no se ha reforzado sino que, por el contrario, se ha debilitado durante un periodo prolongado.
¿En qué momentos del día se recomienda tomar complementos alimenticios y cómo deben combinarse?
MAÑANA
- Vitamina D: es esencial para la salud ósea y para reforzar la inmunidad. Su uso reduce el riesgo de enfermedades del corazón, diabetes y ciertas formas de cáncer. El organismo absorbe mejor la vitamina D cuando se toma con alimentos, especialmente en presencia de grasas. Hierro: unos niveles reducidos de hierro pueden causar fatiga y debilitar el sistema inmunitario reforzado. Se recomienda tomarlo con el estómago vacío. Es aconsejable no tomar suplementos dietéticos que contengan hierro con té, café o calcio, ya que estos productos pueden afectar negativamente al volumen y la velocidad de absorción del hierro.
- Vitamina C: garantiza el funcionamiento normal del sistema inmunitario y favorece los procesos energéticos del organismo. La vitamina C permanece en el organismo sólo unas horas después de su consumo, por lo que se recomienda dividir la dosis de vitamina elegida a lo largo del día.
- Vitaminas del grupo B - contribuyen al metabolismo energético necesario en el organismo, son responsables del buen funcionamiento del sistema nervioso y ayudan a reducir la fatiga.
- Vitamina E - recomendada para mantener un sistema cardiovascular fuerte y sano. La vitamina E se absorbe mejor cuando se consume con grasas, productos que contengan grasas, como el yogur, la leche, los frutos secos o el aguacate.
POR LA TARDE
- Coenzima Q10 - favorece los procesos energéticos en las células y aumenta la resistencia física. También se recomienda tomar este producto con alimentos grasos para una mejor absorción.
- Zinc - contribuye a las funciones normales del sistema inmunitario, la fertilidad y el sistema reproductor. El zinc se encuentra en grandes cantidades en alimentos ricos en proteínas como el pescado, el marisco, los frutos secos y las semillas. Se recomienda no tomar zinc con el estómago vacío ni con calcio o hierro.
- Yodo: es responsable de los procesos de producción hormonal en la glándula tiroides y de la salud de la piel. Las fuentes más comunes de yodo son las algas, las gambas, el hígado de bacalao y la leche.
POR LA NOCHE
- Calcio - entre las vitaminas, se asocia más a menudo con la salud de los huesos y los dientes, pero también desempeña un papel importante en la coagulación de la sangre y ayuda a contraer los músculos. El calcio también se utiliza en el organismo para mantener un ritmo cardíaco normal, regularlo y participar en la función nerviosa normal. La mayor cantidad de calcio se encuentra en productos lácteos como el queso, la leche y el yogur, así como en diversas verduras como el brécol y las verduras de hoja verde, y en pescados con espinas blandas y comestibles como las sardinas y el salmón en conserva.
- Vitamina K: es responsable de los procesos de coagulación de la sangre, ayuda en la cicatrización de heridas y sirve para mantener la salud de los huesos. Las mayores cantidades de esta vitamina se encuentran en el brécol, la col, las espinacas, el perejil y los aceites vegetales.
- Aceite de pescado: contiene ácidos grasos esenciales omega-3, necesarios para el funcionamiento normal del cerebro, la salud del corazón y los ojos, y el crecimiento y desarrollo del organismo. Dado que el cuerpo no puede producir ácidos grasos omega-3 por sí mismo, deben consumirse a través de productos alimenticios o suplementos dietéticos.
NOCHE
- Magnesio: es responsable de la salud de huesos y dientes. Las legumbres, los frutos secos, las semillas, los cereales integrales, las verduras de hoja verde, la leche y el yogur se consideran las fuentes más ricas en magnesio. Favorece una sensación de relajación en el organismo, por lo que se recomienda tomarlo por la noche para evitar la somnolencia durante las horas activas del día. El magnesio es un oligoelemento importante que puede garantizar un sueño de calidad.
Es importante tener en cuenta que la inmunidad debe reforzarse no sólo con la dieta y los suplementos dietéticos, sino también de forma natural, por ejemplo, pasando al menos 30-60 minutos al aire libre todos los días, haciendo ejercicio y no permaneciendo en habitaciones mal ventiladas, sino ventilándolas regularmente. Se recomienda dedicar al menos 7-8 horas de sueño al día. Por supuesto, también es muy importante llevar una alimentación sana y equilibrada, y consumir alimentos ricos en minerales y nutrientes. Se trata de alimentos que contienen muchas vitaminas y oligoelementos, como los aguacates, las zanahorias, las remolachas, el brécol, las alcachofas, las coles de Bruselas, los boniatos, la mayoría de las legumbres, los alimentos ricos en proteínas y las frutas.